miércoles, 14 de septiembre de 2011

Empezó el juicio a los responsables de los crímenes cometidos en el Circuito Camps.


Con casi 2horas de demora, precedido por los gritos y cantos del público que recibían a los acusados que por tandas iban llegando, comenzó el juicio oral y público a 26 de los responsables de algunos de los crímenes cometidos en los Centros Clandestinos de Detención (CCD) que integraban el Circuito Camps. Entre tantos gritos y nombres mencionados, el de Julio López fue el más gritado.


Es que a poco de cumplirse 5 años de su desaparición, echo por el que aún no se han señalado a los responsables, 26 personas comenzaban a ser juzgadas por los crímenes cometidos hace más de 30 años atrás. 

El empezar la narración así, lejos de ser una simple manifestación de pesimismo, busca ingresar un poco de indignación en quien lee, para que se mezcle con otro poco de asombro, emoción, incertidumbre, para que sienta de vez en cuando un escalofrío, y se acerque así a algo de lo que se sentía al presenciar el juicio. Hay que mencionar que las emociones ocupan un lugar importante en el asunto, ya que si hay algo que compartía la gran variedad de sujetos que estaban presentes (desde militantes del PTS hasta familiares de militares) debe ser la sensación de estar viviendo un momento histórico. No definitivo, no el cierre de una etapa, pero sí un paso más (en diferente dirección según de quien se trate) en la lucha por la justicia.



¿Qué es el Circuito Camps?

Es el conjunto de 29 CCD distribuidos por La Plata y el conurbano bonaerense que estaban a cargo de Ramón Camps, el entonces jefe de la Policía Bonaerense. Se trata de un circuito en el que  los diferentes  lugares que lo componen funcionan de manera coordinada, algo parecido a lo que puede verse hoy en  día en el Servicio Penitenciario Bonaerense y en su sistema de traslados. Los casos que se juzgarán son algunos de los ocurridos en la Comisaría Quinta, en la Brigada de Investigaciones de La Plata, en la subcomisaría Don Bosco (llamada “Puesto Vasco”), en el Destacamento de Arana, en la Brigada de San Justo, y en el Centro de Operaciones Tácticas I Martínez de San Isidro.


La causa:

Se trata de 281 víctimas, 26 acusados y 500 testigos. Las acusaciones incluyen la privacion ilegítima de libertad, desapariciones, asesinatos, vejaciones, y sustracción, retención y ocultamiento de menores.  Dentro de los 22 expolicías de la bonaerense, 3 ex militares, y un ex funcionario civil, se encuentran acusados los ex militares Ibérico Saint Jean, Agustín Arias Duval y Rodolfo Campos, y los ex policías bonaerenses Miguel Etchecolatz, Eros Tarela, Domingo Almeida y Santiago Antonini, y el  ex ministro de la Prov. de Bs As Jaime Smart (que es el primer ex funcionario civil imputado en un juicio por crímenes de lesa humanidad); a éstos habría que sumarle otros 11 imputados que ya murieron.


Algunos casos conocidos:

Entre las particularidades del juicio, está la de contener la primera desaparición de Jorge Julio López entre los delitos que se juzgaran. Se usará como material su testimonio dado poco antes de desaparecer en septiembre de 2006 luego de declarar en el juicio a Etchecolatz.

También se incluye la masacre de la calle 30, en la que se asesinó a 5 personas, y se secuestró a Clara Anahí, nieta de la Abuela de Plaza de Mayo “Chicha” Mariani.
Otro hecho es el ocurrido el 16 de septiembre de 1876, “la noche de los lápices”, en la que fueron desaparecidxs estudiantes secundarios movilizadxs por la pérdida del boleto estudiantil. Entre las 500 personas que testimoniaran se encuentra una de lxs cuatro sobrevivientes de aquella noche.

El secuestro del periodista y director del diario La Opinión Jacobo Timerman, el de integrantes de la familia Graiver-Papaleo, serán otros de los hechos que se abordarán.


2 espacios vacíos.

En la primera fila se dejaron 2 butacas reservadas para Adriana Calvo, ex detenida fallecida el año pasado, y para Jorge Julio López, desaparecido por segunda vez el 18 septiembre del 2006. Las mismas estarán reservadas a lo largo de todo el proceso, siempre intentando mantener que las ausencias no dejen de ser presencias.





Marino C.

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