martes, 26 de junio de 2012

A diez años de la masacre ¡Dario y Maxi no están solos!

A diez años de la masacre de Avellaneda, a diez años del asesinato de Darío Santillan y Maximiliano Kosteki realizamos ayer, 25 de junio, una jornada cultural en la estación Darío y Maxi de la cuidad de Avellaneda. Se hicieron diferentes intervenciones, se cortó la Av. Pavón y se montó un escenario para que se escuche nuestro reclamo de justicia y para que resuene su lucha por trabajo digno, salud y educación que aun hoy se mantiene.

Tocaron bandas, hubo una obra de teatro y hablaron familiares y amigxs, no sólo de las víctimas de la masacre si no también de otras personas victimas del abuso y la represión policial. En estos diez años han sido catorce los militantes asesinados por la policía. El dolor nos reúne, pero más nos convoca la esperanza y la alegría. Como dijo la hermana de Luciano Arruga, Vanesa Arruga, si no luchamos con alegría es porque nos vencieron.

miércoles, 13 de junio de 2012

Imágenes… Que avanzan y avanzan sin poder detenerse sintiendo que cada minuto es el fin y cada momento del ayer es un sentimiento que no volverá a ser vivido…
Observo el cielo gris de mi presente, y extraño el Sol de aquellos amaneceres de verano, cuando despertaba con el perfume de tu piel, el calor de tu cuerpo y el sabor de tu sexo…
Te recuerdo nena, pero ya no hay tiempo de pensar en el pasado, debo seguir antes que la noche caiga y que la lluvia congele mi corazón…
Ya no está tu belleza para inspirar mi alegría, pero no estoy triste, sólo algo melancólico…
Desearía estar en casa, descansando mi espalda junto al árbol que me vio crecer, dejándonos envolver por el silencio del crepúsculo.
Escucho los sonidos de la naturaleza y me transportan hacia aquél horizonte, bajo un cielo azul, en donde todo es esperanza…
Camino descalzo sobre una calle de tierra y sobre el pasto mojado de rocío. La brisa de la mañana acaricia mi rostro, enseñándome a ser feliz. Veo a mi madre cantando y riendo, caminando junto a mí, hasta el fin de los tiempos.
Tango come delante mio, es libre, Tango es mi ovejero alemán...

El sonido de rejas cerrándose me devuelve de mi abstracción. Por un momento pensé que todo esto había sido tan solo una pesadilla, lamento darme cuenta que no.
Pero quién me puede asegurar de que yo, no sean tan solo el sueño de alguien más.

¿Dónde estarán todas aquellas imágenes que ayer me ayudaron a aprender a vivir, seguirán avanzando o habrán dejado de ser soñadas?


Ángel
Unidad 1, Olmos.