jueves, 23 de mayo de 2013

Lo que las imágenes no muestran

Por Oscar Toledo

Gibbon observa que en el libro árabe por excelencia, en el Alcorán, no hay camellos; yo creo que si hubiera alguna duda sobre la autenticidad del Alcorán bastaría esta ausencia de camellos para probar que es árabe.
J. L. BORGES,“Discusión”


                El viernes 17 se realizó en la Unidad 1 de Olmos el cierre de los talleres de fotografía con la presencia de los participantes del mismo. En ello se expuso el trabajo realizado durante casi un año junto a estudiantes y docentes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata.

                Hasta ahí todo normal. En el evento de cierre se había organizado tanto la comida para agasajar a lxs invitadxs como la participación de una banda del penal para ponerle más calor y hacerlo más ameno. Pero como de costumbre, sucedió “lo mismo de siempre” y no se permitió que estas cosas se realizaran. Más allá de esto, la actividad no se suspendió. Hubo oradores del centro de estudiantes que dijeron unas palabras por la finalización, como así también estudiantes y docentes; todo entre risas, mates y tortas fritas preparadas a último momento para que las panzas no hagan ruido. Salvo por las bajas mencionadas, todo en marcha hasta que unx, dando vueltas en el salón de actos de la escuela comenzaba a observar las fotografías.

                Enmarcadas en cuadros grandes como en una galería de arte, se podían ver sobre las paredes del salón fotos de los estudiantes tomando mate; fotos de sombras proyectadas sobre las veredas (mucha originalidad); fotos donde se recreaba un paisaje de pasto, árboles, flores y plantas, es decir un paraíso para una cárcel de máxima seguridad que es puro cemento. También una fotografía reflejando una situación de enseñanza: en ella se podía ver a una profesora escribiendo sobre el pizarrón y los estudiantes leyendo.  Es decir lo que hacen las fotografías, ¿no? Tomar la realidad y recrearla. Seleccionar qué parte se quiere mostrar, todo con una intencionalidad. El o la artista opta por una parte de la realidad y la quiere reflejar. Desea mostrar lo que siente, expresarse, comunicarse con lxs otrxs…Y es ahí mismo donde unx, que tiene cierta frecuencia en esos contextos de encierro, que también habla con lxs presxs sobre la cotidianeidad de la cárcel, es ahí donde con cierto malestar dice: “¡pero esto no es la cárcel!”


                Las fotografías tenían nombre y apellido del autor, y descripción. Era muy difícil sacarle la atención a una fotografía de un árbol. Estaba tomada desde abajo, desde donde se veía el tronco con sus ramas, y al final de la copa del árbol, el cielo. La descripción del autor se volvía más interesante: “El tronco simbolizando la justicia, las ramas la larga burocracia que pone trabas, y al final el cielo que es la libertad”. Sobre esta misma fotografía existió una conversación donde uno de los estudiantes que coordinaba el curso de fotografía, le propuso al autor cambiar  la descripción por miedo a que no se lo dejen exhibir o le hagan algún planteo por esto. El autor le respondió que no estaba describiendo nada que no sea cierto.
          
                Ahí empiezan las dudas sobre las fotografías y su contenido. Nos comentaron que las fotos pasan por un control. Tanto fotografías como descripciones debían pasar por el Servicio Penitenciario Bonaerense para aprobar su exhibición (de esta manera es imposible dejar de preguntarse qué sucede dentro de las cárceles para que el Estado no quiera que se exhiba en forma de fotografía). En sí, hay una limitación por parte del Estado sobre la creatividad de lxs autores (aunque por suerte, en este caso todas pasaron).

                Había fotos interesantes reflejando la soledad, otra de una persona sobre una reja reflejando el encierro, como también sobre la pobreza mostrando unas zapatillas rotas donde la imagen se reproducía en blanco y negro. A su manera, y burlando al control, se exhibían ciertas cosas que existen en la cárcel.  Pero, ¿será realmente lo que quieren exteriorizar o los obligan a visibilizar eso? Lo que se puede y no se puede mostrar, ¿limitará también el trabajo que hacen tanto lxs estudiantes como profesorxs de la facultad en la cárcel? Con verdadera libertad de expresión, ¿se mostrarían esas cosas?

                Con todo lo que sucede en la cárcel se presiente que podrían haber sido otro tipo de fotografías. Mostrando los pabellones comunes y la vida allí adentro, la comida, las visitas, etc. Se podrían hacer montones de juegos entre descripciones y fotografías y volverse artistas críticos sobre la realidad carcelaria que se sufre. En fin… ¡hasta la libertad de hacer arte te quitan en la cárcel!

Bastante complejo el asunto para reflejarlo en una imagen, hasta nos quedan cortas la palabras. De todos modos y jugando un poco con la frase de Borges de más arriba, podríamos decir: En las fotografías de la Unidad 1 de Olmos se observa que no hay situaciones de injusticia y por lo tanto no es la cárcel; pero creo que si hubiera alguna duda sobre la autenticidad de la injusticia que hay en la cárcel bastaría esta ausencia de estas imágenes para probar que es cierta.

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